ODA AL GATO DE PABLO NERUDA
El hombre quiere
ser pescado y pájaro,
la serpiente
quisiera tener alas,
el perro es un
león desorientado,
el ingeniero
quiere ser poeta,
la mosca estudia
para golondrina,
el poeta trata
de imitar la mosca,
pero el gato
quiere ser sólo
gato
y todo gato es
gato
desde bigote a
cola,
desde
presentimiento a rata viva,
desde la noche
hasta sus ojos de oro.
“CANCIÓN NOVÍSIMA
DE LOS GATOS” DE FEDERICO GARCÍA
LORCA
Duerme tú, gato mío, como un dios perezoso,
mientras que yo suspiro por algo que voló.
El bello Pecopian se sonríe en mi espejo,
de calavera tiene su sonrisa expresión.
Duerme tú santamente mientras toco el
piano,
este monstruo con dientes de nieve y de
carbón.
Y tú, gato de rico, cumbre de la pereza,
entérate de que hay gatos vagabundos que
son
mártires de los niños que a pedradas los
matan
Y mueren como Sócrates dándoles su perdón.
¡Oh gatos estupendos, sed guasones y raros,
Y tumbaos panza arriba bañándoos en el sol
¡
“LAS
FLORES DEL MAL” DE BAUDELAIRE
Ven, bello gato, a mi alma amorosa;
guarda
las garras de tu pata,
y hundirme déjame en tus bellos ojos,
mezclados de ágata y metal.
Cuando a gusto mis dedos acarician
tu cabeza y tu lomo elástico,
y mi mano se embriaga del placer
de palpar tu eléctrico cuerpo,
veo el fantasma de mi amor. Sus ojos,
cual los tuyos, amable fiera,
fríos, profundos, cortan como un dardo,
y, de los pies a la cabeza,
aire sutil o aroma peligroso,
nadan en torno al cuerpo brumo.
“A
UN GATO” DE JORGE LUIS BORGES
No son más silenciosos los espejos
ni más furtiva el alba aventurera;
eres, bajo la luna, esa pantera
que nos es dado divisar de lejos.
Por obra indescifrable de un decreto
divino, te buscamos vanamente;
más remoto que el Ganges y el poniente,
tuya es la soledad, tuyo el secreto.
Tu lomo condesciende a la morosa
caricia de mi mano. Has admitido,
desde esa eternidad que ya es olvido,
el amor de la mano recelosa.
En otro tiempo estás. Eres el dueño
de un ámbito cerrado como un sueño.
POEMA
DE BORGES A SU GATO BEPPO
El gato blanco y célibe se mira
en la lúcida luna del espejo
y no puede saber que esa blancura
y esos ojos de oro que no ha visto
nunca en la casa son su propia imagen.
¿Quién le dirá que el otro que le observa
es apenas un sueño del espejo?
Me digo que esos gatos armoniosos,
el de cristal y el de caliente sangre;
son simulacros que concede el tiempo
un arquetipo eterno. Así lo afirma,
Sombra también, Plotino en la Ennéadas.
¿De qué Adán anterior al paraíso,
de qué divinidad indescifrable
somos los hombres un espejo roto?